lunes, 27 de enero de 2014

LA COMPRA DE ESPEJITOS DE UN MODELO NO SIEMPRE ES EFECTIVA


Hoy al despertar, me encontré con la noticia de que el Gobierno de Horacio Cartes traerá capital extranjero para fomentar el “progreso” al país. Las industrias se situarán en varias ciudades tales como Asunción, Villeta, Ypané, Ciudad del Este, Chaco'i, Mariano Roque Alonso, Luque, J. E. Estigarribia, Villarica y Hernandarias. Dando la posibilidad de trabajo a 3.053 personas de manera directa y rápida.

Ahora bien, no vengo a cuestionar la creación del trabajo en sí, sino el método en el que estamos encarando el Desarrollo Nacional, me preocupa la llegada de capitales extranjeros, esta no es una reflexión chauvinista de nacionalismo rabioso, sino que veo la falta de autoestima que tenemos al propio Capital Nacional, cuando me refiero a esto lo hago pensando en factor humano, en el potencial de creación que tiene nuestra gente.

Nuevamente nuestra producción saldrá del país y beneficiará a países como España, Corea, Japón y otros países, comprando de esta manera sistemas de trabajos que no tienen relación con las formas de expresión cultural del Paraguay, dependeremos definitivamente del estado económico de los países de donde provienen esos capitales, y nuestra producción tributará para los países extranjeros.

Existen inciativas de industrias familiares que no son apoyadas por el Gobierno, las pocas industrias nacionales que sobresalen, son siempre porque las familias tienen el dinero para facilitar “intensivos” a los funcionarios y funcionarias que les habilitan los permisos para trabajar o tienen el capital suficiente para aguantar sus iniciativas paradas hasta que sus papeles estén en regla. 

Entonces, nos encontramos en un Estado ausente, que no proyecta, que se olvida de las familias que producen dulce de frutilla, que producen chipa, del zapatero, de los copetines, de los panaderos comunitarios, etc., que también son formas diferentes de industria y que no reciben ningún tipo de incentivo para ir creciendo sistemáticamente, fortaleciendo las micro economías y generado la redistribución de la riqueza, comprometiendo al ciudadano y cuidadana con el progreso nacional. Sin embargo, el gobierno se cuelga de las iniciativas extranjeras, concentrando el capital en unos pocos inversores, no se mira al interno, no genera un análisis de mercado, no consulta con su pueblo, solo compra modelos extranjeros de producción alienada por la globalización, y no tiene ganas de crecer sistemáticamente y de una manera sólida.

Lo más grave de estas decisiones es que con la compra de espejitos extranjeros, sometemos a la población a un estado empleado, donde no fomentamos el ingenio de la industria nacional, donde las empresas familiares y nacionales pierden la iniciativa, las ganas y se pierde definitivamente la costumbre de nuestra gente, eso que nos hace ser tan especiales, y nos hace sobre salir.

Hoy, al despertar quede muy triste, porque habrá trabajo, pero no crecimiento. Hoy me di cuenta que aún no confiamos en nuestras propias capacidades.

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